Escrito por Atrium - http://iberglobal.com/atriumblog/?p=313
La operación Emperador ha supuesto un serio daño a la imagen de una comunidad china en España que ha desempeñado un papel muy positivo en numerosos aspectos, en primer lugar en las relaciones comerciales entre los dos países. Además, creemos que existen serias dudas sobre la solvencia y seriedad de esta operación, que ha recibido un tratamiento deleznable en buena parte de la prensa española.
“Qué mas quisiéramos que todas las comunidades inmigrantes en España fueran como la china”: este comentario lo oyó quien esto escribe de un comisario de policía de la zona centro de Madrid, hace algunos años. El comisario explicó que prácticamente todos los chinos trabajaban, no estaban implicados apenas en robos, delincuencia. “¿Alguien ha visto alguna vez un mendigo chino pidiendo en la calle?”, añadió.
La reciente operación Emperador, que tanta repercusión ha tenido en los medios de comunicación, despierta algunas dudas. ¿Era necesaria tanta espectacularidad y parafernalia en la operación policial? ¿Era necesario detener a la gente a primeras horas de la mañana, derribando violentamente la policía las puertas de sus casas? Se trata de una investigación que, según se ha señalado, ha durado tres años. ¿Tanto tiempo ha sido necesario para descubrir unas operaciones de blanqueo de dinero y fraude fiscal? Además, se trata de un caso que había sido rechazado anteriormente por otras instancias judiciales.
En fin, los anteriores son algunos elementos que alimentan las dudas en relación con la operación, en un país como España en el que desgraciadamente estamos acostumbrados a actuaciones judiciales derivadas del afán de notoriedad de algunos “jueces estrella”.
La prensa, por su parte, ha presentado el tema de forma en general lamentable, hablando con alegría y suma facilidad de mafias, sicarios, etc. La presunción de inocencia no ha existido; más bien se han dado por absolutamente ciertos una amplia gama de delitos.
En algunos casos las cifras mencionadas en relación con estos delitos son desorbitadas. En El País, dos periodistas, Heriberto Araújo y Juan Pablo Cardenal, hablan de que “los grupos criminales habrían defraudado a la Hacienda española hasta 35.000 millones de euros”. Para defraudar esa cifra (en IVA, aranceles de importación, impuesto de sociedades), la cifra de negocios debería ser varias veces superior. ¿Se dan cuenta estos pretendidos “periodistas de investigación”, autores de un libro sensacionalista de escasa calidad sobre las inversiones chinas en el mundo, de la magnitud que representa esta cifra? A modo de referencia, el total de importaciones procedentes de China en España fue de 18.000 millones en 2011.
En todo caso, el sentido último de este comentario es romper una lanza por la comunidad china en España, y expresar serias dudas sobre la solvencia y seriedad de la denominada operación Emperador. En su gran mayoría la china es una comunidad trabajadora, seria, que ha contribuido de forma importante a los negocios entre China y España, que ha generado en sus actividades muchos puestos de trabajo que ocupan españoles. Igualmente, queremos expresar nuestra preocupación por las consecuencias que esta operación puede tener cara al futuro. Y esperamos que, como creemos que sucederá, cuando el caso se desinfle, se exijan responsabilidades a los que han lanzado una operación que ha sido tan injusta y dañina para una comunidad que debería ser vista como un ejemplo en muchas cosas.
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