El atractivo romántico y las gangas potenciales están atrayendo a los inversores chinos a Europa, pero no siempre con éxito
(Pekín) – Según el Ministerio de Comercio, en 2011 las empresas chinas adquirieron un total de 8.250 millones de dólares en activos de empresas europeas, un 22% más que el año anterior y el 11% del total de las inversiones chinas en el extranjero. Además, según un informe de la agencia de calificación Standard & Poors, el valor de las adquisiciones de las empresas chinas en Europa ha aumentado un 26% en los últimos cinco años. Las inversiones de empresas chinas en Estados Unidos, sin embargo, se han mantenido prácticamente igual durante el último lustro.
¿Por qué Europa, y por qué ahora? Según los analistas, muchos de estos inversores persiguen la tecnología moderna y las marcas de éxito controladas por empresas europeas. Otros están aprovechando la oportunidad para adquirir compañías cuyos valores han disminuido a raíz de la desaceleración económica mundial que comenzó en el año 2008. También hay otras empresas chinas que están dirigidas por ejecutivos para quienes estas inversiones incluyen un billete a Europa para sus familiares, que están deseando mudarse al extranjero.
Para los inversores chinos con ambiciones comerciales en el extranjero y dinero en efectivo, un grupo sin ánimo de lucro llamado China Mergers & Acquisitions Association ha estado muy activo organizando giras por Europa para reunirse con ejecutivos de empresas en busca de inversores. Esta asociación, con sede en Pekín, ha organizado viajes desde 2004, dijo el presidente Wang Wei, y las empresas participantes han encontrado estos dos últimos años especialmente fructíferos. En un viaje típico, cerca de 40 personas viajan al viejo continente en un solo vuelo. Sin embargo, sólo alrededor de una docena regresa a China tal y como estaba previsto. El resto extienden sus estancias en Europa para negociar inversiones con los vendedores potenciales.
La mayoría de empresas europeas que a día de hoy están dispuestas a hablar con compradores chinos están controladas por inversores de capital privado que llegaron entre 2003 y 2009, según un abogado llamado Wang Wei que trabaja para la consultoría KPMG en Alemania. Entre estas empresas de capital privado hay muchas que sobrevivieron lo peor de la crisis financiera y están dispuestas ahora a canjear sus inversiones por dinero en efectivo.
Para Wang Wei, el énfasis en Europa refleja en parte el interés chino por adquirir compras a precio de ganga en medio de la actual crisis de deuda que lleva acechando a los países de la zona euro desde hace meses.
Algunas de estas compañías chinas han contratado a empresas de capital privado como consultoras para estas adquisiciones. Según Fang Jian, un socio en la sede de Londres del despacho de abogados Linklaters LLP, estas empresas de capital privado pueden facilitar los tratos con ayuda financiera. Cuanto más conectada internacionalmente esté la empresa de capital privado, mejor para los compradores chinos que intentan construir su credibilidad en el exterior. Además, "algunas empresas de capital privado están familiarizadas con el entorno local y saben cuál es la mejor manera de negociar", afirmó Fang. "Esta es un área en la que muchas empresas chinas, especialmente aquellas en ciudades de segundo y tercer nivel, no están a la altura".
Enfoque familiar
Hasta hace poco, algunos inversores chinos se sentían intimidados por la idea de gastar grandes sumas de dinero. Por este motivo, rehuían de las ofertas que llegaban desde Europa. Más recientemente, sin embargo, muchos inversores dispuestos a dar un paso adelante y asumir riesgos han encontrado ofertas en el viejo continente entre las empresas familiares que operan en nichos de mercado. Las compras de estas empresas más pequeñas explican por qué el valor promedio de las adquisiciones en Europa a manos de compradores chinos ha caído durante los últimos 10 años de unos máximos de 479 millones de dólares a entre 95 y 111 millones, explica Huang Yaohe, jefe de financiación corporativa en la división china de la empresa auditora PricewaterhouseCoopers.
Las adquisiciones extranjeras también se han vuelto más fáciles para las empresas privadas chinas, que necesitan el permiso del gobierno para el cambio de yuanes a euros y a otras monedas extranjeras. En junio, Pekín ajustó la política monetaria para racionalizar la aplicación de tipos de cambio y el sistema de solicitud, revisión y autorización por parte del gobierno para la inversión privada en el extranjero.
Según Huang, en general las empresas chinas han madurado en su capacidad para invertir en Europa. Muchas de ellas han conseguido habilidades de negocio que hoy en día las ponen a la altura de los inversores en los países más desarrollados. De este modo, han obtenido triunfos en algunos de los terrenos de juego más importantes para los negocios en Europa, como es el caso de Alemania. "Hasta hace dos años, era muy raro que una empresa china adquiriera un negocio alemán", explica Huang. Pero desde el año 2010, "ha habido 18 fusiones y adquisiciones en Alemania".
Según Wang Wei, de la consultara KPMG, la mayoría de propietarios de empresas europeas se aferraron con fuerza a sus negocios durante los tramos más duros de la crisis financiera mundial, en el año 2009, cuando los valores de las compañías se hundieron hasta alcanzar bajos históricos. Sin embargo, recientemente, muchos de ellos han comenzado a buscar socios y compradores debido a la recuperación de los valores de sus compañías. Además, cada vez menos propietarios confían en poder capear la actual crisis ellos solos.
Como explica Huang, los ejecutivos europeos solían mirar con desconfianza a las empresas chinas. Algunos las veían como depredadores que sólo buscaban aprovecharse de los activos tecnológicos de las empresas. En sus mentes, los inversores chinos estaban conspirando para cerrar las fábricas europeas y transferir a China sus tecnologías y puestos de trabajo.
Huang recuerda el ambiente de sospecha y desconfianza que se vivió en Dürkopp Adler AG, un fabricante alemán de máquinas de coser, cuando varios años atrás recibieron una oferta de compra de un rival con sede en Shanghai, el SGSB Group Co. Ltd. En ese momento, la empresa de Huang fue la asesora financiera de la compañía china. Las negociaciones fueron arduas, dice, ya que los alemanes temían que la empresa china pudiera tener dificultades para lidiar con cuestiones laborales, el clima político de Alemania y el entorno empresarial local. Sin embargo, finalmente se llegó a un acuerdo y SGSB compró la compañía alemana en 2005 por 45 millones de dólares. SGSB mantuvo las principales funciones del negocio en Alemania y subcontrató las operaciones menos importantes en los países vecinos.
Según Wang, los empresarios europeos son ahora menos desconfiados y han empezado a ver la cooperación con inversores de mercados emergentes como un medio para acceder a oportunidades de crecimiento en el mundo en desarrollo. Para la mayoría de pequeñas empresas chinas, dice Fang, "el beneficio principal de una adquisición viene con la marca y las tecnologías que pueden emplear para expandirse en el mercado chino".
Obstáculos
Sin embargo, las empresas chinas no pueden escapar de las trampas potenciales que existen en Europa. Un abogado especializado en fusiones y adquisiciones europeas que pidió no ser identificado dijo que los ejecutivos chinos deberían acercarse a Europa con una perspectiva realista, no romántica. En Europa, "la mayoría de pequeñas y medianas empresas familiares que están en buenas condiciones no quieren vender sus negocios", explicó este abogado. "Cada mes, me encontraba con uno o dos casos de ávidos inversores chinos cuyas ofertas habían sido rechazadas." Otros observadores han expresado su preocupación por las compañías chinas que pueden no estar a la altura de la gestión de una empresa extranjera en tiempos problemáticos. Algunos compradores, dicen, no están preparados para el reto de dirigir una empresa en crisis.
Xu Heyi, presidente del mayor fabricante de automóviles en China, SAIC Motor Corp., dijo hace tres años que "puede ser muy costoso y difícil gestionar una marca (extranjera). En la etapa actual, la mayoría de empresas chinas deberían estar satisfechas de poder gestionar correctamente sus propios negocios".
Por otro lado, incluso los errores más graves pueden parecer pequeños si la motivación para un ejecutivo chino en una adquisición europea es de índole personal. El propietario de una empresa que compró recientemente un fabricante de vidrio sueco, por ejemplo, admitió que estaba intentando allanar el camino para que su familia se mudara a Suecia.
Xu Heyi piensa que una adquisición en el extranjero sólo vale la pena si el comprador obtiene también los derechos de propiedad intelectual de la empresa en cuestión. Habla con conocimiento de causa: SAIC adquirió los derechos de propiedad intelectual para dos modelos de coche del fabricante de automóviles sueco Saab a finales de 2009.
La tecnología de Saab se ofreció también el año pasado a las compañías chinas Pang Da Automobile y Zhejiang Youngman Lotus Automobile. Sin embargo, General Motors, como accionista de la empresa sueca, bloqueó el posible acuerdo entre Saab y las empresas chinas y finalmente Saab tuvo que declararse en bancarrota poco tiempo después.
Algunos analistas piensan que los inversores chinos se equivocan si creen que pueden cerrar una compra simplemente construyendo buenas relaciones y alcanzando acuerdos con los altos ejecutivos de una empresa. Les parece que, en Europa, las negociaciones también requieren de conversaciones con una gran variedad de intereses creados, incluidos los de los empleados y los de los accionistas. Además, una vez que se ha firmado el acuerdo, es el inversor quien tiene la responsabilidad de hacer frente a los retos de gestión de la nueva marca adquirida.
Traducido por Carmen Chávarri Laserna (ZaiChina)
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